La Preparacion Para Vivir En Paz  
       Bahá'í International Community
      Preparación para Vivir en Paz: el Papel de la Juventud
      Declaración preparada en el Año Internacional de la Paz por la Comunidad 
      Internacional Baháí para el Seminario de las regiones de Asia y el 
      Pacífico y Asia Occidental
      Bangkok, Tailandia
      20 al 24 de mayo de 1985 
      La Comunidad Internacional Baháí desea formular algunas observaciones 
      acerca de las formas significativas en que la juventud, con su idealismo y 
      energía, puede ayudar a cumplir el objetivo de la Carta de las Naciones 
      Unidas de establecer la paz universal, y sugerir que la Secretaría del Año 
      Internacional de la Paz preste especial atención en su proyecto de 
      programa para el AIP a la forma en que los jóvenes, con su creatividad y 
      empuje, pueden no sólo apoderarse de la visión de una sociedad mundial que 
      incorpore la rica diversidad de las características y culturas humanas, 
      sino que reconozca además su papel más valioso en lograr la unidad y la 
      paz mundial. 
      Basándose en la experiencia de la juventud baháí de más de 2.000 
      antecedentes étnicos en más de 160 países independientes, la Comunidad 
      Internacional Baháí sugiere las siguientes maneras en que la juventud 
      podría ayudar a lograr una paz mundial duradera y a construir una 
      civilización mundial: 
        Desarrollando una comprensión y convicción del principio de la unicidad 
        orgánica de la humanidad, y expresando esta creencia en la acción. 
        La ciencia y la religión nos han enseñado que somos una raza humana, que 
        vive en un planeta, y que cada uno de nosotros es parte integrante del 
        cuerpo de la humanidad. Si una parte de este cuerpo es débil, está 
        enferma, el todo se verá afectado: entonces cada uno de nosotros, como 
        una parte indivisible, sufrirá o será destruido. 
        Trabajando en pro de la erradicación sistemática de todas las formas de 
        prejuicio y discriminación, ya sea que se basen en consideraciones de 
        raza, religión, sexo, nacionalidad o clase. 
        La falta de conciencia de nuestros prejuicios y no trabajar de manera 
        consecuente para liberarnos de esas fuerzas divisivas nos herirá o 
        destruirá, individual y colectivamente. Además, la oportunidad de lograr 
        la unidad mediante la cooperación y de alcanzar la paz, el resultado de 
        esta unidad, será imposible. 
        Mediante la dedicación a la educación en su totalidad  espiritual, 
        moral, intelectual, emocional y física  la educación total de la 
        persona. Ello puede lograrse de dos maneras: 
          En primer lugar, mediante el desarrollo de los valores morales y 
          espirituales más elevados que se enseñan en los Escritos Bahá'ís y en 
          los escritos de las religiones reveladas anteriormente: entre ellas, 
          las cualidades del amor, la compasión, la justicia, la veracidad, la 
          honradez, la confiabilidad y la cortesía. Esas cualidades, esenciales 
          para la formación del carácter, deben interiorizarse y expresarse en 
          la acción cotidiana, ya sea en el contexto de la familia, la 
          comunidad, el país o el mundo en general. Esta educación debe derivar 
          necesariamente de la aceptación de la unicidad orgánica de la raza 
          humana, de la dedicación a ella, y de la convicción de que todos los 
          seres humanos tienen un carácter fundamentalmente espiritual y la 
          responsabilidad de expresar su amor a Dios mediante el servicio a sus 
          congéneres. 
          En segundo lugar, mediante la educación y la capacitación en las 
          escuelas, desarrollar plenamente los talentos, capacidades y 
          potenciales de los individuos de tal manera que los jóvenes estén 
          equipados para ejercer una profesión u oficio y puedan, mediante un 
          empleo remunerado, contribuir al desarrollo de su país y del mundo. En 
          la opinión de los bahá'ís, también se debe dar especial importancia a 
          la educación de la juventud femenina, que suele dejarse de lado. 
          Tanto la familia como la comunidad deben tomar las medidas para 
          impartir ese tipo de educación. Como, en la opinión de los bahá'ís, la 
          labor hecha en el espíritu de servicio a la humanidad es una forma de 
          adoración, los jóvenes, tanto hombres como mujeres, deben dedicarse a 
          obtener una educación de manera que puedan hacer su contribución única 
          a la vida en este planeta. 
      Además, en la experiencia de la Comunidad Internacional Bahá'í, es claro 
      que la educación y la capacitación de los jóvenes deben basarse en el 
      acuerdo esencial de la ciencia y la religión ya que, como facetas de una 
      verdad, deben suministrar tanto los valores como los conocimientos que 
      transformarán a este planeta en un lugar de paz y armonía, respetando la 
      rica diversidad de la humanidad y favoreciendo las diferencias culturales 
      que nos unen, y no las que nos separan. 
      Una aceptación de la humanidad común que compartimos  que todos somos 
      creación divina, unidos por lazos indisolubles con el Creador del universo 
       es, en la opinión de la Comunidad Internacional Bahá'í, de importancia 
      esencial.
      Hacemos las observaciones y sugerencias anteriores con la esperanza de que 
      el entusiasmo que la juventud de todo el mundo está demostrando durante el 
      Año Internacional de la Juventud se canalizará plenamente, en colaboración 
      con gente de todas las edades, para hacer del Año Internacional de la Paz 
      un hito en la vida de las Naciones Unidas y del planeta Tierra. 
      La meta de la paz mundial es más que una posibilidad. Creemos que es 
      inevitable, y la luz brillante al final del túnel debe ser para los 
      jóvenes un reto a su devoción por construir un mundo mejor, como se 
      entrevé, por ejemplo, en la siguiente visión de los Escritos Bahá'ís: 
        «Una comunidad mundial en que se hayan demolido permanentemente todas 
        las barreras económicas y se reconozca definitivamente la 
        interdependencia entre el Capital y el Trabajo; en que se haya acallado 
        para siempre el clamor del fanatismo y la lucha religiosa; en que se 
        haya extinguido finalmente la llama de la animosidad racial; en que un 
        solo código de derecho internacional  producto del juicio considerado 
        de los representantes federados del mundo  tendrá como sanción la 
        intervención inmediata y coercitiva de las fuerzas conjuntas de las 
        unidades federadas; y, finalmente, una comunidad mundial en que la furia 
        de un nacionalismo caprichoso y militante se haya transformado en una 
        conciencia respetuosa de la ciudadanía mundial  efectivamente, parece 
        ser, en sus líneas más generales, el Orden previsto par Baháulláh, un 
        Orden que se llegará a considerar como el más hermoso fruto de una edad 
        que madura lentamente.»
      Documento BIC #85-0520S 
      Traducido del original en inglés
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